El Ayto. de Jaca reunió a ganaderos, empresarios, colectivos ciudadanos y público para replantear el modelo de desarrollo de la montaña en pleno contexto de cambio climático, escasez de vivienda y tensiones por el uso del territorio. La sesión dejó claras las fracturas, pero también los consensos mínimos para avanzar hacia una hoja de ruta común.
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| LAMOCHILADEMAMÁ |
El Salón de Ciento acogió una mesa redonda que quiso ser “el
primer paso, no el final”, según la concejal de Turismo, Lucía Guillén. Bajo el
título “La montaña que queremos”, medio centenar de personas siguieron un
debate que reflejó la encrucijada actual del Pirineo: un territorio presionado
por el cambio climático, la dependencia del turismo, la pérdida de población
joven y los problemas de vivienda y servicios básicos.
Desde el sector ganadero, Marco Gastón defendió que la
montaña “no es solo paisaje, sino trabajo y cultura”, insistiendo en que el
pastoreo ha moldeado los ecosistemas y que su pérdida acelera incendios, cierre
del monte y desaparición de biodiversidad. Alertó del riesgo de que la
ganadería extensiva acabe reducida a “decorado folclórico” si no se garantiza
relevo generacional y rentabilidad.
El empresariado, representado por Lucas Abad y Marian
Bandrés (ACOMSEJA), defendió el papel central del turismo, especialmente del
esquí, en la economía comarcal, pero reconoció que la vivienda y la precariedad
laboral son problemas estructurales que exigen una estrategia integral. Ambos
apostaron por modernizar instalaciones, atraer sectores complementarios y
evitar que el debate se convierta en un enfrentamiento entre nieve y mundo
rural.
El público aportó algunas de las reflexiones más directas:
la percepción de procesos económicos “extractivistas”, la necesidad de financiar
la gestión de espacios naturales, la urgencia de regular accesos y la
dificultad creciente de vivir y trabajar en Jaca con estabilidad laboral y
vivienda asequible. Una frase final resumió bien el ambiente: “Llevamos
cuarenta años hablando de esto, pero ahora el tiempo corre más deprisa”.
La sesión concluyó con el compromiso municipal de continuar
el proceso mediante nuevos encuentros sobre vivienda, sostenibilidad, sector
primario y servicios. Pese a las diferencias, emergió un mensaje compartido: el
Pirineo no puede seguir aplazando un debate que exige realismo, participación y
decisiones coordinadas para equilibrar tradición, conservación, actividad
económica y calidad de vida.
MARGARITA / JACATIMES





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