La única promoción de vivienda protegida de alquiler en Jaca —que se sepa— vive días de incertidumbre. Catorce inquilinos han recibido una carta en la que se les insta a dejar sus pisos antes del 30 de noviembre, salvo que acepten un nuevo contrato con una subida de hasta el 80 % en el alquiler.
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La propiedad alega que los contratos, firmados hace años,
han superado todas las prórrogas posibles y anuncia acciones legales si las
viviendas no se entregan en la fecha indicada. Sin embargo, el aviso deja a las
familias ante un panorama muy difícil: el mercado del alquiler en Jaca está
saturado y los precios se encuentran entre los más altos de Aragón.
Según datos recientes, el coste del metro cuadrado en la
ciudad ronda los 2674 euros, un 32 % más que en primavera. La escasez de
oferta, el auge de los pisos turísticos y el peso de las segundas residencias
han convertido la vivienda en el principal problema local.
Algunos inquilinos, con ingresos ajustados o cargas
familiares, aseguran que no pueden asumir el incremento ni reunir las garantías
que exige un nuevo contrato. Otros, resignados, aceptan la subida al no
encontrar alternativa. Todos coinciden en que, de existir la figura de “zona
tensionada”, el aumento máximo sería del 10 %, pero el Gob. de Aragón ha
descartado aplicarla en Jaca.
El edificio, levantado en 2008 en la calle Luis Buñuel, fue
concebido como una oportunidad de vivienda asequible. Hoy, paradójicamente, sus
residentes se enfrentan al riesgo de quedarse sin ella.
MARGARITA / JACATIMES
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