Hace un par de semanas finalizó la campaña para combatir la procesionaria en pinos y cedros, en Jaca y en otros 55 municipios de la provincia, actuando sobre más de 1300 árboles. Un servicio gratuito que la DPH ofrece a los ayuntamientos que lo solicitan.
La campaña contra la procesionaria pretende minimizar las
plagas de orugas en zonas verdes arboladas —paseo de la Cantera, por ejemplo—, parques y jardines, que aparecen a partir de marzo. La
campaña incluye la colocación de cajas para anidamiento de murciélagos y
trampas-collarín para impedir que las orugas lleguen al suelo y completen su
ciclo ecológico.
Cuando se acaba el verano, es el momento ideal de comenzar el
tratamiento por endoterapia. Es la época en que estos insectos son pequeños y
más sencillos de eliminar. Este sistema no es agresivo para el medio ambiente,
a diferencia de la fumigación del pino.
“La endoterapia es muy respetuosa con el entorno, porque
inyecta un producto biocida específico en la base del tronco del árbol,
llegando hasta su hoja, que es la fuente de alimento de las orugas”, explicó el
diputado provincial Sergio Serra. El tratamiento se hace durante la época de la
bajada de la tasa de resinación del pino.
La característica más destacada de estas orugas que tratamos
de eliminar es su cubierta de pilosidades tóxicas, que generan reacciones
alérgicas e irritaciones de nariz, oído y garganta en personas y animales. La
procesionaria se deshace de esos pelos cuando se siente en peligro,
repartiéndose por el aire, provocando la posibilidad de ser inhalados.
JACATIMES
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