Para el miércoles 30, “Jaca al Natural” nos propone visitar el molino de Bernués o, mejor, dicho, el avanzado estado de ruina de lo que debió ser una impresionante construcción apoyada en una gran roca, en cuya parte superior se encuentra el cubo del molino y quizás algunos restos de una posible balsa.
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GOBARAGON SIPCA |
El molino se alimentaba
mediante agua del río, que era almacenada en la parte trasera,
sobre la mencionada roca, en una cota superior a fin de garantizar que el agua
penetrara en el cárcavo con presión suficiente para mover el rodete. Suponemos
que pudo disponer de una balsa de almacenaje.
El cubo se conserva con
bastante integridad, situado junto al molino, sobre la embocadura del
saetín para la entrada del agua, y que serviría tanto para el almacenaje del
líquido como para otorgarle presión una vez que se abriera la compuerta de
acceso. Este cubo es una magnífica obra de sillería, de planta circular, de
1,50 m de diámetro y una profundidad de 4-5 m, en cuya base se abre la boca
adintelada del saetín.
A través del saetín el
agua pasaría al cárcavo situado bajo el edificio del molino, que todavía se
conserva. Es una galería abovedada con cañón ligeramente rebajado que se abre
al exterior a través de una embocadura del mismo perfil, que es visible en la
parte frontal de las ruinas del molino.
En cuanto al edificio
del molino, apenas queda nada de él, salvo una parte de los muros perimetrales.
Tenía planta cuadrada, de unos 5 metros de lado, con muros realizados con
mampostería a excepción de la parte trasera, donde se reaprovechó la roca
natural en la que apoyaba la construcción.
Más detalles e
inscripciones desde la imagen que sigue.
DPH / JACATIMES
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