El histórico monasterio de las Benitas de Jaca, ocupado durante siglos por la comunidad de monjas benedictinas, ha quedado vacío tras el traslado de las últimas religiosas. La clausura definitiva ha abierto un debate sobre el futuro del edificio y su valioso patrimonio, especialmente el sarcófago de doña Sancha, figura clave de la historia aragonesa.
El inmueble, ubicado en pleno centro de la ciudad, es uno de
los más antiguos de Jaca y conserva elementos románicos de gran interés. Con la
marcha de las monjas, algunos colectivos locales y expertos en patrimonio han
iniciado gestiones para que el monasterio sea declarado Bien de Interés
Cultural (BIC), lo que garantizaría su protección legal y abriría la puerta a
futuras inversiones para su conservación.
Al mismo tiempo, hay propuestas para convertir el espacio en
un museo que muestre la historia del propio convento y de la vida monástica
femenina en Aragón, aunque el proyecto aún está en fase inicial y sin una línea
clara de financiación.
En paralelo, ha surgido cierta controversia en torno al
sarcófago de doña Sancha, que algunos consideran que debería trasladarse al
monasterio de Santa Cruz de la Serós, donde fue abadesa y donde ya descansan
otras figuras reales.
Mientras tanto, el edificio permanece cerrado al público y
bajo custodia de la diócesis de Jaca, a la espera de una nueva función que
conserve su valor histórico y simbólico para la ciudad.
El debate sobre su futuro está servido, y tanto las
instituciones como la ciudadanía esperan una solución que combine respeto al
legado histórico con un uso que dé vida al conjunto y lo mantenga vinculado a
la ciudad.
JACATIMES
0 Comentarios