Un estudio liderado por el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE) de Jaca, CSIC, identifica ADN de animales domésticos de hace más de 6000 años en el Pirineo aragonés. Este hallazgo resulta relevante a la hora de plantear estrategias de conservación en el actual escenario de cambio climático y usos del suelo.
CSIC | Grupo de investigación con la plataforma de sondeos, en el ibón de la Basa de la Mora.
Un equipo de investigación del IPE
de Jaca ha identificado por primera vez una clara sincronía entre la apertura
del paisaje pirenaico aragonés y la presencia de animales domésticos, marcando
un hito en el estudio del impacto de actividades humanas, como el pastoreo de
media montaña desde el Neolítico.
El estudio destaca que el paisaje vegetal de esta zona se
abrió entre 6000 y 4000 años atrás y ha mantenido una estructura sostenida
desde entonces. Este hallazgo tiene importantes implicaciones para la
conservación del medio ambiente. “Gracias a estos resultados, tenemos una
visión mucho más completa del ecosistema, incluyendo cómo las interacciones
entre herbívoros y la flora existente moldearon el Pirineo antes y durante el
Neolítico,” señalan.
Uno de los aspectos más innovadores de este trabajo es que
permitió identificar, por primera vez en el Pirineo, ADN de vacas, ovejas y
cabras domésticas en sedimentos de hace más de 6000 años. “Hemos logrado no
sólo confirmar la presencia de animales domésticos en zonas de altitud, sino
también conectar esta actividad con la transformación del paisaje en el entorno
de Tramacastilla”, añaden.
Este estudio internacional, pionero en el uso de ADN
sedimentario antiguo, para reconstruir la historia ambiental del entorno
subalpino de Tramacastilla, ha sido recientemente publicado en la revista Communications
Earth & Environment, del grupo Nature, accesible en inglés, completo con gráficos, desde aquí mismo.
CSIC ARAGÓN / JACATIMES
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