La plaza de Biscós fue el escenario elegido por los chiquilines del Grupo de Jota Uruel para hacer las delicias de jacetanos y visitantes con la brillante exhibición de sus habilidades de baile y coplas, cerrando el curso. Sin duda, el éxito de la jota en los tiempos que vengan está garantizado.
EFEGE |
Esta celebración de fin de curso, tan bien bailada e interpretada,
se situó a niveles muy por encima de los esperado en danza y en voces para unos niños
y niñas de tan corta edad. Sin duda, la formación y los ensayos han valido la
pena y han dado sus frutos tan evidentes.
El Grupo de Jota Uruel nació en el año 2002. Se creó como una
asociación aglutinando personas distintas con algo en común: la pasión por la
jota y el deseo de aprender, mantener y revivir viejas tradiciones aragonesas a
través de su folklore.
Aunque los principios no suelen ser fáciles, su esfuerzo y
entusiasmo hicieron de aquello el comienzo de un sueño hecho realidad. Tomás
Bretón dijo que era “el más hermoso de los bailes populares; noble, franco,
enérgico”. Para Raúl Laparra “todas las jotas son bellas, pero la aragonesa es
la capitana”.
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