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La experiencia nos advierte de las dolencias más frecuentes del peregrino y cómo prevenirlas

El Camino de Santiago es una experiencia maravillosa que todo peregrino debería vivir al menos una vez en su vida. Pero todo peregrino debe saber que el Camino también es exigente e implica un esfuerzo físico que a veces acaba mal. Correos nos explica cuáles son las dolencias más frecuentes y la forma de prevenirlas.

BELÉNGIMENOCEBRIÁN

Las ampollas son una de las consecuencias más comunes, pero no las únicas. Sobrecarga muscular, tendinitis, esguinces o golpes de calor son algunas dolencias muy comunes en el Camino de Santiago. Hoy te explicamos por qué se producen y te damos algunos consejos para tratar de evitarlas.

Ampollas, compañeras de Camino

Los pies de un peregrino son su bien más preciado. Y las ampollas, las más temidas compañeras de Camino. ¿Por qué aparecen las ampollas y las rozaduras? Hay varios factores como el roce de los calcetines y de los zapatos en la piel. Aunque también son decisivos el sudor, la humedad y el calor. Cada peregrino tiene su propia fórmula para evitar las ampollas.

Muchos peregrinos recomiendan untar los pies con vaselina para evitar las rozaduras. También es importante que utilices calcetines sin costuras y que favorezcan la transpiración. Y nunca, nunca, nunca estrenes calzado en el Camino.

Sobrecarga muscular

Con el paso de los días, los músculos de las piernas y tu espalda empezarán a resentirse. De nuevo es importante no cargar mucho peso, especialmente si tu Camino se prolonga durante muchas jornadas seguidas, y hacer descansos de forma regular. Con estiramientos y breves masajes en las zonas más sensibles.

Igual de importante es hacer unos correctos estiramientos de piernas, tronco y brazos antes y después de cada etapa. Ten en cuenta que la sobrecargar muscular puede provocar lesiones más importantes como esguinces, fracturas, tendinitis o fascitis.

Tendinitis

Ya sea a pie o en bici, tus tendones pueden debilitarse al realizar un determinado esfuerzo o sobrecarga. Por eso, si durante tu trayecto notas que tus músculos empiezan resentirse, no dudes en disminuir el ritmo. Recuerda que lo importante no es la meta, sino el Camino y que lo más importante es disfrutar de la experiencia.

Los antiinflamatorios y los analgésicos también serán de gran ayuda. Y si el dolor persiste, para. El Camino siempre estará ahí para ti.

Mareos y golpes de calor

Es muy importante protegerse siempre del sol (lleva crema solar, gafas de sol y cubre tu cabeza con un gorro) y combatir el calor con ropa fina y transpirable. Hidratarse también es fundamental. Es recomendable beber agua de forma frecuente o, como mínimo, cada dos horas.

Hay peregrinos que pueden llegar a sufrir mareos a causa de la fatiga. Aunque esta molestia depende mucho de la condición física de la persona y del ritmo que lleve, es importante mantener una correcta hidratación y alimentación durante todo el Camino.

Esperamos que estos sencillos consejos os ayuden disfrutar al máximo el Camino de Santiago. Aprovechamos para recordaros que, si necesitáis ayuda, Correos pone a vuestra disposición sus servicios para el peregrino, además de más de 150 oficinas a lo largo de las diferentes Rutas.

¡Cuidaos mucho y buen Camino, peregrino!

CORREOS / JACATIMES

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