El proyecto de ciencia ciudadana FuenAragón ha finalizado con la identificación de un total de 795 fuentes y manantiales de Aragón, debidamente caracterizados, la mayor parte en el Prepirineo y Pirineo. El proyecto, que partía con el objetivo base de analizar unas 250 fuentes y manantiales, ha cumplido ampliamente sus expectativas.
EFEGE |
La participación de la ciudadanía en el proyecto ha logrado
triplicar el número de fuentes que se marcó como fin la organización. Los
resultados de FuenAragón serán cotejados con los de contaminación de los
acuíferos correspondientes y uso de suelos, para establecer patrones y
correlaciones espaciales.
En total se han censado 795 fuentes y manantiales por todo
Aragón, concentradas, sobre todo, en el Prepirineo y el Pirineo. El formato de
participación, utilizado para la caracterización de la calidad de las fuentes,
ha sido la salida al campo de los participantes. En ellas se han visitado las
fuentes para su caracterización, geolocalización, medida del caudal del agua,
análisis de los nitratos mediante el uso de tiras reactivas y catalogación de
la biodiversidad
En cuanto al estudio etnográfico, se han llevado a cabo 58
encuestas online de voluntarios y voluntarias de 36 municipios diferentes, y se
han realizado 91 entrevistas personales que ha permitido llevar a cabo un
catálogo documental etnográfico en el uso de 96 fuentes singulares en 79
municipios de Aragón, estrechamente vinculados a la vida de esas poblaciones y
con un elevado valor patrimonial o sentimental para los ciudadanos locales.
Entre las conclusiones preliminares, se confirma que
aquellas fuentes que se encuentran en los núcleos de población o cerca de
ermitas en las que se ha mantenido la tradición de hacer romerías, son las que
mejor mantenimiento han tenido. Los usos tradicionales que más se han perdido
en los manantiales fuera de los núcleos urbanos son los medicinales —aguas sulfurosas y con propiedades
curativas, según las creencias locales—,
agua de boca para la gente que iba a trabajar al campo, abrevadero para los
animales y, sobre todo, lugar de encuentro para la gente de los pueblos.
A pesar del abandono de numerosos usos de las fuentes y
manantiales, estos permanecen en la memoria colectiva de sus habitantes y
forman parte importante de su patrimonio cultural y, en algunos casos,
artístico, de las mismas.
AH / JACATIMES
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