La propuesta acordada por la autoridad es paralizar las obras de Tragsa en la carretera de Tella, para que el acceso al cañón de Añisclo desde el valle de Vió quede abierto este verano por esta vía, entre el 1 de julio y el 15 de septiembre, evitando la asfixia económica del sector turístico afectado y el malestar entre alcaldes, empresarios y vecinos de la zona.
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El acuerdo de paralización de las obras de reparación de la
carretera entre La Tella y San Úrbez, que la mantenían cortada, ha sido tomado conjuntamente
por el Gob. de Aragón, el Parque Nacional y el Ayto. de Fanlo, evitando así el
cierre total del acceso al cañón de Añisclo, un área que recibe cerca de 150 000
visitantes por temporada.
Lamentablemente, la otra entrada por el valle de Puértolas,
que lleva ya ocho meses de obras debido a un importante desprendimiento de rocas,
no podrá quedar expedita hasta bien avanzado el verano, de modo que la
carretera de Tella tendrá que soportar todo el tráfico hacia esta zona del
Parque Nacional.
Con esta solución provisional —la definitiva llegará cuando finalicen las obras—, se garantiza, por un lado, el
acceso al cañón, al menos durante las fechas “calientes” entre el 1 de julio y
el 15 de septiembre, y por otro se le da una inyección de oxígeno a la economía
de los valles de Vió, Puértolas y aledaños que, de otro modo, podrían resultar
seriamente afectados.
El cañón de Añisclo es uno de los parajes más espectaculares
del Pirineo Aragonés, un profundo cañón esculpido durante millones de años por la intensa
acción erosiva del río Bellós. Sus numerosas y vertiginosas cascadas, su
frondoso bosque y la sensación de estar en un lugar único, fueron razones más
que suficientes para ser incluido en el Parque Nacional de Ordesa y Monte
Perdido en 1982.
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