Unos 66 000 alumnos se beneficiarán este curso de los bancos de libros

Los bancos de libros llegarán el próximo curso a unos 66 000 alumnos de primaria y bachillerato de Aragón, lo que supone un 6,5 % de beneficiarios más que el año pasado por estas fechas. Cada vez son más los progenitores que se suman a esta iniciativa, para evitar que las economías familiares se resientan después del verano.

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Ya está aquí la vuelta al cole, como cada septiembre, y las economías familiares se resienten con el precio del material escolar y los libros de texto, que tienen una vida limitada. Cada año, muchos padres se preguntan qué hacer con ellos, sobre todo, cuando hay varios niños en la familia y antes o después acumulan un buen lote a medida que los pequeños van superando curso tras curso.

Antes de amontonar los libros escolares en el trastero, lo mejor es informarse en el centro educativo si tienen establecido un banco de libros. Muchos colegios e institutos cuentan con un banco de libros de segunda mano para aquellos alumnos a los que les resulta difícil costearse los suyos propios o para aquellos casos en los que el alumno se incorpora en medio del curso y le resulta imposible encontrarlos ya en las librerías.

Preguntando al tutor o a alguno de los profesores si existe banco de libros para donar los que ya no se usen, ellos le informarán de si los recogen o hay otras alternativas. De igual modo, si usted es de los que los necesitan, se puede consultar si hay algún servicio de préstamo de libros en el centro, a través de ese tipo de bancos o bibliotecas escolares.

Los libros prestados deben devolverse al curso siguiente, por lo que deberán conservarse en buen estado. De este modo, los niños aprenden a ser cuidadosos con ellos para poder entregarlos al finalizar el curso.

Y si tiene usted en mente donar en el futuro los que usan sus hijos, comparta con ellos la idea para implicarles y que los cuiden para darles una segunda vida. Con ello también aprenderán a conservar el material escolar y a compartir y ayudar a los otros en una lección solidaria tan sencilla como práctica, porque no hay nada como educar con el ejemplo.

Algún centro de Jaca publica en internet los libros necesarios para cada nivel del nuevo curso, indicando título, autor, número ISBN —muy importante para una correcta identificación del libro— y editorial, datos que simplifican enormemente su selección.

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