El inicio de la temporada de setas en el Pirineo, tanto en primavera como en otoño, representa entrar en un periodo feliz para los amantes recolectores de estas especies. Recoger setas en el Pirineo aragonés —donde abundan los bosques de pinos, abetos, robles, encinas y hayedos— se ha convertido en una actividad emblemática, en la que participan miles de aficionados cada temporada.
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Los pinares de peña Oroel y otros montes de la Jacetania,
son muy frecuentados durante el otoño para recoger la seta más consumida en Aragón,
el robellón o níscalo, aunque no sea esta la única especie que encontraremos por
ahí. En las zonas de tierra removida junto a los caminos o en el talud de la
carretera, podemos encontrar el hongo de la tinta o coprinus comatus. Las amanitas también son frecuentes, así como los
boletus, las fonguetas y el peligroso tricholoma
tigrium.
Ejemplar muy peligroso |
Boletus edulis: Una de las setas más preciadas
por su gusto y aroma, además de que son fáciles de conseguir y recolectar. Sus
características: sombrero de color marrón claro, sabor exquisito y textura tipo
gelatina. Crecen en los bordes de los bosques bajo pinos y abetos.
Níscalo o robellón: Esta especie se ha ganado la mayor
popularidad entre las setas, ya que se localiza y recoge con facilidad. El lactarius deliciosus crece principalmente
en los bosques de pinos húmedos y poco iluminados. Tiene un cuerpo naranja con
pintas verdes y es utilizada en numerosos platos, debido a su textura fibrosa e
intenso sabor.
Rebozuelo: Esta seta, cantharellus
cibarius, desprende un notable aroma y suele usarse en preparaciones
gastronómicas que incluyen pescados o carnes. No es muy frecuente en nuestra
zona, pero las hay.
Agaricus campestre o champiñón: Probablemente, es la seta
más conocida en todo el mundo. Sirve de complemento en deliciosos platos de
comida, por su abundante carne y textura suave que se puede comer incluso
cruda. Hay que tener cuidado porque existe una variedad tóxica de color más
oscuro.
Recolectar setas requiere hacerlo con mimo. Entre los
expertos genera mucho debate si deben recogerse a mano o con cuchillo, puesto
que en función de la especie se podría usar una técnica u otra. No obstante, siempre
existe más riesgo de dañar el entorno haciendo la recogida a mano que con una navaja.
En Aragón la recogida de setas está regulada y es necesario
pedir y pagar por los permisos correspondientes en los ayuntamientos
responsables de regular esta actividad.
JACATIMES
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