EL TIEMPO EN JACA

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Hablar del Románico es hablar de Jaca.

Jaca es paradigma del arte románico en muchos aspectos. Desde su crismón trinitario pregona y crea un icono representativo del misterio de la Santísima Trinidad, y da recomendaciones antes de cruzar el umbral: “Si quieres vivir, tú que estás sometido a la ley de la muerte, ven aquí suplicante, renunciando a los alimentos envenenados. Purifica de vicios tu corazón para que no perezcas de una segunda muerte”.

LAGARTOROJO

Está claro que el Románico es un arte heredero de Roma, tanto en lo estructural como en lo artístico. La genialidad de un historiador de arte, Prof. Moralejo, arrojó luz sobre este asunto en 1973, mostrándonos que el mensaje recibido a través de los capiteles de Jaca, está formalizado por medio de expresiones, gestos y vestimentas clásicas tomadas con gran fidelidad de la escultura del sarcófago romano de la Orestíada, hoy en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

Su discípulo el Prof. Prado Vilar, señala la posible existencia del “Maestro de Orestes” trabajando a partir de las imágenes del sarcófago, y luego enseñando en Jaca al genial escultor conocido como el “Maestro de Jaca”.

Es innecesario recordar que el arquetipo del templo románico se gestó en la abadía de Cluny alrededor del año 1000 y desde allí se extendió por toda la cristiandad. Sus fórmulas fueron difundidas por la orden benedictina a través de vías de enorme difusión a las que irán ligadas, como es el caso del Camino de Santiago.

FG
El arco de medio punto, el círculo símbolo de la divinidad—, asociado al cuadrado o rectángulo —lo terrenal—, componen la forma de la planta y del alzado del templo románico. Bóvedas y ábsides de perfil semicircular representan y sitúan lo divino. Lo terrenal, delimitado por el cuadrado —expresión de los cuatro elementos materiales: aire, agua, tierra y fuego—, viene a delimitar el área de lo profano.

Además, la catedral románica, como la de San Pedro de Jaca, tiene el ábside orientado hacia el este, de forma que el eje longitudinal que recorre la nave central está en la dirección este-oeste. La entrada principal del templo se sitúa en el oeste, que recibirá los últimos rayos de sol del día.

Esta coincidencia formal hace del templo un elemento singular con una enorme carga simbólica. La escultura, integrada, repetitiva y cargada de simbolismo, completa el conjunto mínimo de condiciones para considerar a un templo como románico.

De este modo, nuestra catedral constituye un verdadero microcosmos en el que se halla representado el orden universal, logrando que su energía sea transmitida a quien penetre en su interior.

JACATIMES

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