La romería de los langostos ha sido suspendida este año por la covid-19. Tales bichitos —los langostos, no el virus— predicen la cosecha agrícola.
Con el comienzo del nuevo año, el resultado de las cosechas
es todavía una incógnita, por lo que resulta oportuno adelantarse al futuro
para conocer cómo van a irnos las cosas. Eso es lo que llevan haciendo las
gentes de por aquí, desde tiempo inmemorial, el domingo más próximo al 12 de
enero, cuando se celebra la romería a la ermita de San Victorián, en Abizanda, en
plena sierra de Olsón. La devoción a este santo, está muy arraigada en el Alto
Aragón, por su veneración y legado.
Terminada la misa, en un magnifico paraje, llega el turno de
la bendición de las tortas de caridad colocadas en una explanada sobre lienzo
blanco. A partir de ese momento hay que estar muy atento para observar la
llegada de los langostos, unos pequeños insectos saltadores que aparecen en tres
coloraciones.
Después de un rato, se procederá a recontar los insectos
para conocer su veredicto. Si predominan los de color verde, es de prever una
buena cosecha de aceite. Si los más numerosos son los negros, será un buen año
para los viñedos. Y si imperan los dorados, habrá buena recolección de cereal.
Una vez hecha la predicción, se procederá a repartir las tortas dulces junto
con una taza de chocolate caliente.
Magia y fe unidas, con las cumbres nevadas de fondo. Una
cita tentadora para una mañana invernal.
REDARAGÓN
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