El Gobierno ha autorizado la licitación, por 139,6 millones de euros, del nuevo tramo de autovía que conectará la A-21 con la A-23 en Jaca. La obra, de 8 kilómetros y tres enlaces, actuará como variante para desviar el tráfico de largo recorrido fuera del casco urbano.
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El Consejo de Ministros dio este martes luz verde al
Ministerio de Transportes para licitar la futura conexión entre la A-21 y la
A-23 a su paso por Jaca, una actuación valorada en 139,6 millones de euros. El
proyecto enlaza por el este con la autovía hacia Sabiñánigo y por el oeste con
los tramos ya abiertos entre Jaca y Puente la Reina, completando el eje
pirenaico alternativo al corredor del Ebro.
La nueva infraestructura funcionará como variante de Jaca,
permitiendo que el tráfico de largo y medio recorrido evite las travesías de la
N-330a y la N-240. Con ello se busca reducir ruidos, molestias y riesgos dentro
de la ciudad, además de acortar tiempos al eliminar pasos semaforizados, intersecciones
y limitaciones de velocidad.
El tramo proyectado tendrá 8,05 kilómetros, dos calzadas
separadas por una mediana variable, carriles de 3,5 metros y arcenes de hasta
2,5 metros. El acceso se articulará a través de tres enlaces: Jaca Este,
conectado a la zona comercial y urbanizaciones; Jaca Norte, hacia Somport y el
acceso principal a Jaca; y Jaca Oeste, que empalmará con la N-240 y la A-2605.
El diseño incluye tres viaductos —uno en Jaca Norte, otro
sobre el río Aragón y un tercero sobre el arroyo Castiella—, cinco pasos
superiores, un falso túnel de 200 metros junto al hospital, una pasarela
peatonal y varios pasos inferiores nuevos y ampliados. También se aplicarán
medidas ambientales: revegetación de taludes, pasos para fauna, protección
acústica y la garantía de continuidad del Camino de Santiago.
MARGARITA / JACATIMES





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