Mientras la mayoría celebramos la Navidad en nuestra casa o disfrutamos del tiempo libre en la montaña o esquiando, los GREIM mantienen intacta su vigilancia. Da igual el día del calendario: su misión es estar disponibles para auxiliar a quien lo necesite en cualquier circunstancia.
La Navidad se vive con normalidad contenida en los
acuartelamientos de montaña. Las comidas familiares existen, pero son sobrias y
siempre condicionadas por la posibilidad de una salida urgente. La montaña no
entiende de celebraciones y cualquier aviso puede interrumpir la mesa en
cuestión de segundos.
OPC GC
El dispositivo operativo de los GREIM se mantiene sin
cambios durante las fiestas. La preparación, los medios y la disponibilidad son
los mismos que el resto del año, porque los accidentes, extravíos o cambios
bruscos de tiempo no respetan fechas señaladas.
Cuando un rescate se activa en Nochebuena o Navidad, las
personas auxiliadas suelen mostrar sorpresa y agradecimiento. Para los
especialistas, sin embargo, no hay diferencia: atender a la población forma
parte de su trabajo diario, sin excepciones.
Detrás de cada intervención hay un esfuerzo silencioso y un
importante apoyo familiar. Turnos repartidos, celebraciones a medias y
renuncias asumidas con naturalidad permiten que este servicio público esencial
siga funcionando. Una vocación que no descansa y que, también en Navidad,
garantiza nuestra seguridad en la montaña.
MARGARITA / JACATIMES




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