La Navidad en el Pirineo es nieve o su ausencia, frío seco, brasas, silencio y montaña. Días de campanas, paseos cortos, belenes, encuentros que se repiten y otros que se echan de menos… La ciudad se hace pequeña, el tiempo se ralentiza y Jaca se reconoce a sí misma en los gestos sencillos: “Jesús nació en Belén de Judea” (Mateo 2: 1).
![]() |
| ARCHIVO JT |
La Navidad en Jaca no
necesita grandes escenarios. Se vive en las calles tranquilas, en las casas
abiertas y en una ciudad que, durante unos días, reduce el paso y deja espacio
a lo cotidiano: volver, quedarse o echar de menos.
“Le envolvieron en pañales y le acostaron en un pesebre, porque no había lugar en la posada” (Lucas 2: 7).
Mientras muchos
celebran, otros siguen trabajando para que todo funcione con normalidad. Servicios
públicos, comercios, hostelería y emergencias mantienen viva la ciudad también
en estas fechas, sosteniendo una Navidad que no siempre se ve, pero que resulta
imprescindible.
“El pueblo, que andaba a oscuras, vio una luz grande. A los que habitaban en tierra de sombras, la luz les resplandeció. Se acrecentó el regocijo y la alegría por la llegada del salvador”. (Isaías 9: 2-3).
La Navidad también es
tiempo de balance. En Jaca y en la Jacetania, los retos siguen ahí: vivienda,
comunicaciones, servicios, futuro para los jóvenes… Celebrar no está reñido con
la voluntad compartida de hacer cada día las cosas mejor.
JACATIMES




0 Comentarios