El verano en Jaca ha vuelto a unir piedra, fe y música. Iglesias, ermitas y el Museo Diocesano se han convertido en escenarios culturales vivos gracias al ciclo Jaca Monumental y al Festival Internacional en el Camino de Santiago (FICS), que este año han reforzado el vínculo entre patrimonio y cultura.
La XXVI edición de Jaca monumental a través de la música,
organizada en julio por la Escuela Municipal de Música y Danza Pilar Bayona con
apoyo del ayuntamiento, el obispado y las parroquias, ofreció catorce
conciertos en barrios rurales y en la ciudad. La cita mantiene su doble
objetivo: dar protagonismo al talento local y acercar el arte sacro a vecinos y
visitantes a través de la música en vivo.
Tras el aniversario de 2024, que batió récords, el ciclo
recuperó su formato habitual, con actuaciones de la Big Band, el Combo de jazz,
orquestas juveniles y grupos como el Orfeón Jacetano o Algarabía. “El
entusiasmo del público por desplazarse a las localidades rurales nos anima a
seguir adelante”, destacó el director de la escuela agradeciendo la colaboración de parroquias y asociaciones.
El pasado 18 de agosto fue el turno de La Ritirata, dentro
del Festival del Camino de Santiago, que estrenó en Aragón “Amor místico” en la
iglesia del Carmen. El proyecto, con la mezzosoprano Beatriz Oleaga, la actriz
Manuela Velasco y el violonchelista Josetxu Obregón, unió música barroca y
poesía mística en un diálogo entre lo humano y lo divino que cautivó al
público.
La programación aún no ha terminado: el Museo Diocesano
acogerá en septiembre dos últimos conciertos, ambos con entrada libre. El día
10 actuará un dúo de guitarra y flauta, y el 17 un trío de piano, violín y
clarinete. Serán el cierre de un verano en el que Jaca ha vuelto a brillar como
referente de la música en diálogo con su patrimonio eclesiástico.
MARGARITA / JACATIMES
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