Los vecinos de Aineto, Artosilla, Ibort y Solanilla, en el Alto Gállego y el valle del Guarga, llevan casi una década esperando que el Gob. de Aragón renueve la cesión que les permite habitar y gestionar estos pueblos, rehabilitados desde los años ochenta.
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GOOGLE | Ibort |
Los habitantes de estos núcleos, agrupados en la asociación
Artiborain, exigen actualizar el acuerdo de cesión firmado en 1986 con el
Ejecutivo autonómico, hoy caducado desde 2017. Argumentan que gracias a este
marco legal han podido levantar sus proyectos vitales durante más de cuarenta
años, devolviendo la vida a unos pueblos que permanecían abandonados desde los
años sesenta.
La asociación denuncia que lleva solicitando sin éxito una
reunión desde 2016, un año antes de la expiración del convenio. Desde el Depto.
de Gestión Forestal aseguran que ya trabajan con el servicio provincial de
Huesca en una fórmula jurídica que permita regularizar la situación, y anuncian
un encuentro para la segunda quincena de septiembre.
Artiborain sostiene que el problema no es jurídico, sino
político, y que la falta de voluntad ha bloqueado durante dos legislaturas la
renovación del acuerdo. Los vecinos recuerdan que su presencia ayuda a combatir
la despoblación, mantener los montes y sostener servicios básicos, como la
única escuela pública del valle del Guarga, donde estudian niños de varios
pueblos.
Los cuatro núcleos —Ibort, Artosilla, Aineto y el más
reciente, Solanilla— forman parte de una treintena de pueblos recuperados en el
Pirineo aragonés. Allí, generaciones de familias han reconstruido casas,
instalado servicios básicos y consolidado un modo de vida comunitario que,
según defienden, ha salvado estos enclaves de la ruina y el olvido.
MARGARITA / JACATIMES
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