Este fenómeno, la Luna Llena de Fresa, destaca por su simbolismo estacional y su posición inusualmente baja en el horizonte, creando un efecto óptico que cautiva a quienes lo observan desde tierra, mañana 11 de junio.
Este plenilunio no solo destaca por su momento de aparición,
sino también por las referencias culturales que arrastra desde hace siglos,
profundamente arraigadas en costumbres agrícolas y saberes populares. Alcanzará
su plenitud a las 09:44 h del 11 de junio, pero su mejor momento para contemplarla
será la noche anterior. Los observadores del cielo tendrán la oportunidad de visualizar
este plenilunio en todo su esplendor.
A pesar de lo que su nombre pueda sugerir, no se espera que
el satélite adopte un tono rojizo o rosado. Sin embargo, la singularidad de
este fenómeno reside en su simbolismo, en su posición inusualmente baja en el
horizonte y en el contexto estacional en el que tiene lugar. Para quienes
deseen aprovechar la ocasión, la madrugada del miércoles será el mejor momento
para observarla, con el cielo oscuro y la Luna en su punto más brillante.
El término “Luna de Fresa” proviene de las denominaciones
tradicionales que diversas culturas indígenas norteamericanas otorgaban a las
lunas llenas de cada mes. En este caso, la luna llena de junio coincidía con el
periodo de recolección de fresas silvestres, especialmente entre los pueblos
algonquinos. Con el tiempo, esta expresión fue adoptada por almanaques
agrícolas y publicaciones astronómicas, hasta consolidarse como una referencia
habitual para esta fase lunar.
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