“Me enseñarás a volar, pero no volaré tu vuelo. Me enseñarás a soñar, pero no soñaré tu sueño. Me enseñarás a vivir, pero no viviré tu vida. Sin embargo, en cada vida, en cada vuelo, en cada sueño, perdurará siempre la huella del camino que me has enseñado, padre”. (Teresa de Calcuta)
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SASINTIPCHAY |
Recuerdo a mi querido padre en la cocina del caserío vasco donde nací, relatándome cuentos de inocente terror al amor de la lumbre, protagonizados por aquellos dos malvados asustaniños que la imaginación de mi progenitor había bautizado como la bruja Mediodiente y el gigante Pasoslargos.
Aunque la borrasca sacudiera puertas y ventanas, aunque el mundo se estuviera
derrumbando, yo no sentía miedo, sabiéndome protegido por aquellos ojos negros,
atentos y vigilantes, y aquellas manazas grandes y peludas que, sin embargo,
poseían la sensibilidad del más fino lutier.
De haber un dios del fuego, que luego
supe que sí lo había, no podía ser otro que mi querido papá.
A todos los que son capaces de hacer
todo por sus hijos, ¡feliz día del padre!
FG / JACATIMES
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