Nuestros vecinos franceses y portugueses también celebran los Reyes, pero sin regalos

La imagen de los Reyes Magos como los “regaladores” por excelencia de la Navidad forma parte del patrimonio cultural en España y en la mayoría de los países latinoamericanos desde el siglo XVI, cuando la Iglesia decidió sustituir el aguinaldo, de origen pagano, por el reparto de regalos en la Pascua de los Reyes Magos. ¿Cómo lo celebran nuestros vecinos?

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Francia: Galette des Rois

En Francia, nuestro vecino más inmediato, el Día de Reyes no es festivo ni se festeja en las calles y, por supuesto, no hay regalos. La Epifanía sí se celebra, y se hace, de hecho, de una manera muy francesa: comiendo mucho y bien.

El Roscón de Reyes de los franceses es la Galette des Rois, una pasta hojaldrada de almendras de forma redonda y plana que se dora al horno, que se vende adornada con una corona real en papel dorado y en cuyo interior se introduce una figurita de un rey que, desde hace unos años, sustituye a la alubia de siempre.

El que encuentra el muñequito, se convierte en el rey de la casa durante todo el día, portando la corona de papel dorado de la tarta. Lo malo del premio es que el ganador queda obligado a invitar a todos los demás al próximo pastel. Para que no haya trampa, la tradición marca que los más jóvenes de la familia deben ocultarse debajo de la mesa para decidir, a ciegas, a quién le toca cada rebanada mientras los mayores cortan la tarta.

Portugal: Bolo Rei

Los portugueses, nuestros otros vecinos, celebran los Reyes Magos sin su aditamento más apetecible para nosotros: los regalos. En Portugal, los regalos siempre se han intercambiado el 24 de diciembre y el regalador antiguamente era el propio Niño Jesús, aunque con el paso del tiempo acabó imponiéndose, como en tantas partes del mundo, la figura de Papá Noel, en este caso Pai Natal.

Los lusitanos festejan la Adoración de los Reyes Magos con una cena familiar en la noche del 5 de enero y una comida familiar al día siguiente, en la que suelen faltar el bacalao con patatas y, de postre, el Bolo Rei, una especie de Roscón de Reyes muy diferente del español, tanto en los ingredientes (pasas, frutos secos y frutas escarchadas en el interior, en lugar de nata o crema) como en la consistencia (es más denso y más duro).

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