La Policía Nacional procedió ayer a la detención de un hombre que, presentándose sin la cita preceptiva en el Centro de Salud de Jaca, comenzó a insultar y amenazar gravemente a una médico y a una enfermera cuando estas le negaron medicamentos y material que no tenía asignado ni estaba disponible en el Centro.
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El detenido irrumpió en una de las consultas de turno, sin previo aviso, exigiendo de malos modos que le entregaran una muleta y determinados medicamentos, que ni tenía asignados ni el Centro podía entregárselos, al carecer de ellos.
El individuo se puso a gritar e insultar a la médico y a su enfermera, amenazándolas gravemente tanto a ellas como a sus familias. Avisada la Policía, procedieron a detener al personaje que, traslado a Comisaría, fue puesto a disposición judicial, acusado de un delito de amenazas graves.
Resulta penoso seguir conociendo casos de médicos y enfermeras que reciben amenazas, tanto verbales como físicas, por parte de sus pacientes. Lo cierto es que estos sucesos vienen ocupando con cierta frecuencia los titulares de nuestra prensa nacional.
La Ley Orgánica del Código Penal, que contempla los delitos a sanitarios, asigna cuatro años de cárcel a los agresores. Dicha Ley ha sido fundamental para la lucha contra las provocaciones. Lesiones, amenazas, coacciones, maltrato, injurias y vejaciones constituyen la mayor parte de las más de 2000 agresiones que han sufrido los médicos en España en los últimos diez años.
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