El glaciar de Monte Perdido es el más grande junto con el de Maladeta-Aneto de los glaciares del Pirineo. Desde 2011, el IPE realiza su seguimiento. Estos glaciares, los más meridionales de Europa, están en unas condiciones muy límite, y todo apunta a que serán los primeros en desaparecer.
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Entre 2011 y 2020 desaparecieron tres, perdieron un 23 % de
su superficie y el espesor se redujo de media algo más de seis metros. Conservan
hielo desde hace 2000 años, lograron sobrevivir a las dos últimas etapas
cálidas, pero no superarán el actual cambio climático. La Unesco alerta de que el glaciar de Monte Perdido desaparecerá en 2050.
Además del aumento global de la temperatura, el glaciar se enfrenta a otros problemas que aceleran la fusión del hielo como que en las últimas décadas la pendiente del glaciar es cada vez más pronunciada, dificultando la acumulación de nieve.
En 2011 quedó al descubierto un farallón de roca caliza que
actúa como un radiador al acumular más energía. Además la sedimentación de
polvo sahariano arrastrado por el viento tiñe la nieve de color marrón
disminuyendo su reflectividad y aumentando la fusión.
IPE / JACATIMES
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