Según la Biblia, los Reyes Magos llegaron a Belén guiados por una estrella para ver al recién nacido Jesús, al que llevaron oro, incienso y mirra. Los expertos en el tema aseguran que provenían de Persia o Babilonia, lugares en los que tenían un gran poder, influencia y aceptación.
La Biblia, en el Evangelio según San Mateo, es la encargada
de contar su historia. Relata, entre otras curiosidades, que se les denominó
“magos” porque en esa época se utilizaba esta palabra para describir a un sabio
o astrónomo. En el s. XIV, el monje benedictino Beda hizo una descripción de
los tres Reyes Magos tal y como los conocemos hoy en día, Melchor, Gaspar y
Baltasar, y como representantes de los tres continentes que se conocían en esa
época: Asia, Europa y África, en representación de las tres tribus bíblicas:
Sem, Cam y Jafet.
Otras leyendas dicen que no eran tres sino dos, y otras que
incluso llegaban a ser 12, como en Armenia. Lo cierto es que, leyendas y teorías al margen, los
Reyes Magos son figuras imprescindibles en nuestra sociedad y en muchas partes
del mundo, y sobre todo para el público infantil, que llenan de felicidad todos
los hogares del planeta cada 6 de enero.
Esta fiesta se celebra en diferentes países por todo el mundo. Los católicos la celebran ese día, el 6 de enero, la Iglesia Ortodoxa celebra la Navidad el 7 de enero, por lo que los Reyes Magos son el 19 de enero.
➤ En México se conoce como el Día de los Reyes. La tradición es hacer una “Rosca de Reyes” de 1,5 kilómetros, que comparten cada año unas 200 000 personas en Ciudad de México.
➤ En Argentina, Paraguay y Uruguay las celebraciones son muy parecidas a las de México. La principal diferencia es que, además de dejar un zapato limpio junto a la puerta, los niños también incluyen comida y agua para los camellos.
➤ En Italia, los niños reciben regalos durante la fiesta de la Epifanía. Pero vienen de la mano de una anciana bruja llamada “Befana”. Según la leyenda, ésta no quiso ayudar a los Reyes Magos a encontrar el camino hacia Belén y después, arrepentida, llenó su cesta con dulces y caramelos y fue tras ellos. Al no localizarlos, los repartió por las casas esperando que alguno de los pequeños fuese el niño Jesús.
Se trata de una época en la que hay que compartir las buenas
intenciones, el buen corazón de las personas y los buenos propósitos para el
año que acaba de comenzar. Un buen momento para buscar iniciativas o
alternativas para seguir construyendo un mundo mejor.
AUARA / JACATIMES
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