Las mujeres de la expedición al Aconcagua, del club jaqués Montañeras Adebán, siguen adelante, no sin algunas dificultades por el maldito viento, amenaza insistente. Han “tocado” ya casi los 6000 m y, si el tiempo no lo impide, intentarán subir más arriba, hasta donde se pueda, en los próximos días.
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Esta temporada está más difícil hacer cumbre en la montaña más alta de los Andes. En los dos meses y medio escasos que llevan de temporada, apenas 60 deportistas han alcanzado la cima del Aconcagua, la mitad que el año pasado. Nuestras mujeres incrementarán pronto la lista de conseguidoras. Están en ello.
Sigue el viento. A veces fuerte, como durante la subida al campo 1, donde hace un frío que pela. Hay que calarse todas las prendas de
abrigo disponibles. Porteadores transportan la parafernalia de cosas
necesarias, incluso la comida. De aquí en adelante se pone más difícil. La
previsión anuncia vientos de 120 km/hora arriba, y hay gente que no está
pudiendo pasar del campo 2, Nido de Cóndores, a 5550 m, desde donde ya se vislmbra la cima casi al alcance de la mano.
Son buenas deportistas, conocen bien la montaña y van china chana. Seguras.
El finde lo pasaron arriba “peleando con nuestros miedos, con nuestros talentos
y con nuestras debilidades” pero sin parar, sin reblar. “El querer y el poder,
el soñar y el estar capacitada en ese momento para realizar el sueño” --dicen--.
Alcanzan otro punto distintivo de la vía, el Balcón
Amarillo, 5800 m, estética formación rocosa que invita a echar, sin prisas, un vistazo al paisaje. Un merecido descanso
antes del último esfuerzo hasta el campo 3, plaza Cólera, donde vivirán a 5970
m, ya en pleno Aconcagua, que parece “se va dejando hacer”. Hubo que fundir nieve,
cocinar y dormir con un viento endiablado. Se espera una ventana de buen
tiempo para los próximos días. Van a intentar ir a por el gigante. ¡Si se deja!
JACATIMES
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