Unas obras que parecen no tener fin, las de la parte aragonesa de la autovía Pamplona – Jaca (A-21), responsabilidad del Estado. Avanzan lentamente y de forma desigual, con presupuestos que van ya más allá de 2026. En el lado navarro, el gobierno foral finalizó en 2012 los 46 km que le correspondían. Mirando a Cataluña, la situación tampoco es muy halagüeña.
ARCHIVO JT |
En realidad, en Aragón se han abiertos seis tramos de la
autovía A-21, varios de ellos sin conexión entre sí y dos sin licitar siquiera,
más o menos como el año pasado. La situación de esta ruta, muy frecuentada por
esquiadores y montañero navarros y vascos, presta un flaco favor al turismo de
invierno en el Pirineo oscense y a los usuarios habituales
En ejecución se encuentra un único tramo de 6,6 km, muy
próximo a la muga navarra, con obras avanzadas y a buen ritmo. Una vez abierto,
tal vez el próximo verano, evitará la circulación por la sinuosa N-240 en el
entorno del pantano de Yesa. Quedan pendientes de licitar dos tramos más, uno
entre Fago y Puente la Reina de Jaca, de unos 12 km, y la variante en Jaca, de
8 km, que servirá de enlace entre esta A-21 con la A-23.
Saliendo de Jaca hacia Cataluña, por lo que será la autovía
Subpirenaica, también tenemos de todo. Tres tramos pendientes de abrirse al tráfico,
dos en obras y un tercero recién licitado. En la A-23, la variante de
Sabiñánigo Oeste-Este está ejecutada como al 50 %, mientras que el tramo entre
Sabiñánigo Sur y Lanave, de 9 km, acaba de licitarse.
La paciencia es una virtud, pero no es infinita… aunque a
veces no nos queda más remedio que permitir que lo sea.
JACATIMES
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