El “phubbing”, que en español se ha dado en denominar como “ningufoneo”, constituye un neologismo que todavía no ha sido recogido por el diccionario de la RAE, aunque el concepto comenzó a utilizarse hace ya unos años. Se refiere a la acción de ignorar la presencia del otro o del propio entorno para prestar atención al teléfono.
MILENIO |
La palabra está compuesta por la fusión de dos vocablos en
inglés: phone (teléfono) y snubbing (realizar un desprecio). El phubbing
es un fenómeno que revela los efectos dañinos del uso excesivo de la
tecnología, que pueden afectar las relaciones sociales y la salud física y
mental. Un ejemplo de phubbing es cuando una pareja entra a un
restaurante, piden la comida, sacan los teléfonos y ya no hay más conversación.
Es común ver en Jaca, a cualquier hora, a niños y adolescentes
sentados en las escaleras del parque con un móvil. Al no haber educación
sobre este tema, resulta complicado erradicar el problema. “Darle un móvil a un niño es exponerlo a una adicción”, según expertos. Actualmente, el 87 % de
los más jóvenes prefiere comunicarse vía móvil en vez de cara a cara.
El phubbing afecta tanto al que lo practica como al
que lo padece. Según el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH),
el ningufoneo repercute en la salud física y mental. Entre los factores
que predicen la adicción al móvil y, por tanto, el phubbing, se encuentra
la adicción a Internet o a WhatsApp y su uso desmesurado, que guarda mucha
relación con otras adicciones no químicas, como la ludopatía.
Aprovechando nuestro poderoso lóbulo frontal, deberíamos inculcar
en jóvenes y mayores a tomar las riendas de nuestras relaciones y ser capaces
de guiar nuestras vidas hacia la mejor calidad posible. De poco serviría vivir
en un mundo online si nos desconectamos de lo verdaderamente importante.
JACATIMES
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