El uno de septiembre se celebra la “Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación”, y desde esa fecha hasta el 4 de octubre, conmemoración de san Francisco de Asís, se vive el tiempo ecuménico de la Creación. En 2023, el lema para este tiempo es: “Que la justicia y la paz fluyan”, y se inspira en las palabras del profeta Amós: “Que el derecho corra como el agua, y la justicia como un torrente inagotable”.
UNIVERSIDAD CATOLICA SAN PABLO |
El Papa nos recomienda: “En este Tiempo de la Creación, detengámonos en estos latidos del corazón: el nuestro, el de nuestras madres y abuelas, el latido del corazón del hombre y del corazón de Dios. Hoy no están en armonía, no laten juntos en la justicia y en la paz. Escuchemos entonces la llamada a estar al lado de las víctimas de la injusticia ambiental y climática, y a poner fin a esta insensata guerra contra la creación”.
El Santo Padre pregunta:
“¿Qué podemos hacer nosotros, sobre todo como Iglesias cristianas, para sanar
nuestra casa común de modo que vuelva a estar llena de vida?”. Y responde:
“Debemos decidir transformar nuestros corazones, nuestros estilos de vida y las
políticas públicas que gobiernan nuestra sociedad”.
Según el Papa, la
transformación de los corazones “es la conversión que san Juan Pablo II nos
instó a realizar: la renovación de nuestra relación con la creación, de modo
que no la consideremos ya como un objeto del que aprovecharnos, sino por el
contrario, la custodiemos como un don sagrado del Creador”.
Como indica el Papa
Francisco, “Benedicto XVI señaló la urgente necesidad de comprender que creación
y redención son inseparables: “El Redentor es el Creador, y si nosotros no
anunciamos a Dios en toda su grandeza, de Creador y de Redentor, quitamos valor
también a la Redención”. Para transformar nuestros estilos de vida, el Papa nos
invita a arrepentirnos de nuestros “pecados ecológicos” y nos exhorta: “Con la
ayuda de la gracia de Dios, adoptemos estilos de vida que impliquen menos
desperdicio y menos consumo innecesario, sobre todo allí donde los procesos de
producción son tóxicos e insostenibles.
“Tratemos de estar lo más
atentos posible a nuestros hábitos y decisiones económicas, de modo que todos
puedan estar mejor: nuestros semejantes, donde quiera que se encuentren, y
también los hijos de nuestros hijos.
“Colaboremos en la
continua creación de Dios a través de decisiones positivas, haciendo un uso lo
más moderado posible de los recursos, practicando una gozosa sobriedad,
eliminando y reciclando los desechos y recurriendo a los productos y a los
servicios, cada vez más disponibles que son ecológicamente y socialmente
responsables”.
+ Julián Ruiz Martorell - Obispo de Huesca y de Jaca
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