Jaca ha vivido una semana de fiestas patronales, en honor a Santa Orosia y San Pedro, en un ambiente rebosante de alegría, con un programa amplio y variado, sin incidentes, y con una gran participación de jaqueses y visitantes.
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A partir del pregón de fiestas del pasado viernes 23 de julio, a cargo de una emocionadísima Blanca Martínez Rodrigo —jaquesa de pro—, jaqueses y jaquesas, grandes y chicas, veraneantes y turistas, han podido disfrutar de una semana plagada de actividades para todos los gustos, o casi.
Especialmente enraizada con la tradición, la veneración de los jaqueses inundó las calles cuando el relicario con los sagrados restos de Santa Orosia recorrió en procesión el casco antiguo de la ciudad y, posteriormente, en la plaza de Biscós, el obispo de la diócesis mostró los restos de la Santa.
Imposible hacer una relación, siquiera superficial, de cómo y cuánto nos hemos divertido estos días, los melómanos y los que no lo son, con la música de grupos foráneos y locales, en la calle y en las carpas de las peñas, con las actividades de la noche de San Juan, con los danzantes o con el folklore tradicional o incluso con un concurrido taller de migas, un plato igualmente tradicional por estas latitudes.
Los feriantes también hicieron su aportación con su “feria inclusiva”,
respetando el silencio y popularizando un día en el que se pudo disfrutar de
unos precios “muy arregladicos” durante toda la jornada.
Hubo hasta tiro al plato desde el Rapitán, cabezudos para
encorrer a chicos y no tanto, y unos fuegos artificiales —espectáculo de piromusical, según
el programa—, como un final de
fiestas por todo lo alto.
Nos queda lloriquear un poco este finde, armarnos de una
paciencia de doce meses y agradecer al Consejo Sectorial de Fiestas el diseño y
programación de estos días y a todos los que, entre bambalinas, han aportado lo
suyo y más para que todo se desarrolle en orden y como es debido.
FG / JACATIMES
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