La iniciativa “Adopta una planta” del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE) ha sido la ganadora en la categoría de Ciencia Ciudadana en los I Premios de Divulgación Científica del CSIC, por “su capacidad de implicar a la comunidad local, su formación rigurosa y personalizada y sus resultados científicos.”
El proyecto ‘Adopta una planta’, del Instituto Pirenaico de
Ecología (IPE) de Jaca, ha resultado ganador en la categoría de Proyectos de Ciencia
Ciudadana de la primera edición de los Premios de Divulgación Científica y
Ciencia Ciudadana convocada por el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC), que se entregarán el 16 de junio en Madrid y tienen como objetivo
fomentar la puesta en marcha y la difusión de iniciativas que pongan al alcance
de un público curioso y no especializado los avances científicos y tecnológicos
en las diversas ramas del saber.
‘Adopta una planta’ recibirá un premio de 2500 euros por ser
“pionero” en este ámbito, según el jurado, así como “por su capacidad de
implicar a la comunidad local, formación rigurosa y personalizada y sus
resultados científicos”. El proyecto consiste en la formación de colaboradores
en métodos rigurosamente científicos para crear una red y poder monitorizar,
año tras año, la abundancia y el estado de conservación de numerosas plantas de
interés.
“Cada equipo participante visita la planta o hábitat del que se ha responsabilizado una vez por año durante al menos diez años, para estimar de forma científica su abundancia siguiendo la formación y diseño que se ha consensuado con investigadores del IPE. En las visitas observan, además, si existe alguna amenaza que pueda afectar su estado actual o viabilidad futura”, explican desde el grupo de conservación de la biodiversidad y restauración de ecosistemas.
Destacan que ‘Adopta una planta’ es una rara avis,
pues no existe ningún proyecto de ciencia ciudadana en el mundo centrado en
plantas que reúna las mismas características que el del IPE. “Los datos que
recogen los equipos sirven a los científicos para determinar, mediante modelos
matemáticos, la tendencia y el riesgo de declive, así como alertar a las administraciones
de posibles afecciones u amenazas, de forma que se puede realizar una gestión
dirigida y más efectiva.
“Esta información ayuda, además, a cumplir los informes
sexenales de la directiva Hábitats”, subrayan. Su área de actuación se
sitúa en el noreste de España, una región en la que se encuentran casi una
cuarta parte de las plantas de toda Europa.
CSIC / JACATIMES
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