Jaca prepara las uvas, como manda la tradición, para despedir un 2022 poco afortunado y dar la bienvenida a un esperanzador 2023, a la puerta del ayuntamiento, en la calle Mayor, a las 24 horas justas del último día del año.
PALOMATORRIJOS |
Nos encontramos en la recta final de 2022, a punto de abrazar
con alegría al nuevo 2023, tomando doce uvas sincronizadas con cada una de las campanadas
que despiden al año ya caduco y dan la bienvenida al neonato: Nochevieja y Año Nuevo en
la misma oscuridad.
En el siglo XIX, muchas casas no tenían reloj, así que las
familias se reunían en las plazas de los pueblos y ciudades para escuchar las
últimas campanadas del año y recibir al siguiente.
Una de las concentraciones más llamativas se produjo en
1899, cuando personas de muchas partes de España se desplazaron hasta Madrid
para celebrar el fin de año con las campanadas del nuevo reloj en la Puerta del Sol. Con la llegada de la radio y luego la televisión, estas
celebraciones se trasladaron al ámbito privado, siguiéndolas desde casa con la
familia.
También hay otros ritos para empezar el año con buen pie.
Para atraer la buena suerte, es tradición llevar ropa interior roja. En la
línea de conseguir ciertos propósitos, algunos esperan que el próximo año les
permita conocer al amor de su vida, dejar de fumar, aprender inglés o bailar zumba. Ojalá que
nuestros problemas duren lo mismo que los propósitos para el nuevo calendario.
Mucho amor, salud, diversión... ¡y una pizca de locura! La
vida nos ha regalado un año más, y celebraremos poder seguir contando con usted, querido lector, en 2023.
Feliz y próspero Año Nuevo.
JACATIMES
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