El fin de semana del 21 y 22 de mayo, hubo suerte: una senderista se precipitó unos 25 metros en la Cascada de las Negras, en Canfranc. La fortuna quiso sonreírle y los equipos de rescate pudieron hacerse con ella unos metros más abajo, donde la corriente la había arrastrado.
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| GUARDIACIVIL |
El incidente se resolvió con un viaje en helicóptero hasta
el hospital de Jaca, para valoración y cuidados.
Ese mismo fin de semana, los ángeles de la guarda —léase Guardia Civil, socorristas, helicóptero y médicos— se emplearon a fondo y pusieron en
lugar seguro, a un barranquista que realizaba un
arriesgado descenso; a un esquiador zaragozano cerca del pico Maladeta; y a un
menor con una herida abierta en la cabeza tras saltar a una poza de agua.
A veces son accidentes que pueden ocurrirle a cualquiera, por muy experimentado y cuidadoso que sea su comportamiento en la montaña. Otros muchos, demasiados, son descuidos o, lo que es peor, irresponsabilidad. Como aquel escalador que no anudó la cuerda del rapel y se llevó por delante a su compañera, que terminó malamente, en estado crítico, nos contaron.
Este último fin de semana, la montaña, implacable e impredecible, también ha pasado su factura. El primer contratiempo comenzó el viernes. Sobre las 22:00 horas, la Guardia Civil recibió un aviso informando que ocho barranquistas, tres de ellos menores, se encontraban en el barranco La Peonera, casi sin agua ni comida ni medios para pasar la noche.
El equipo de rescate, de madrugada, localizó a los barranquistas y, tras valorar las condiciones en las que se encontraban y al tener uno de ellos una posible fractura de tobillo, procedieron a inmovilizarle la pierna, les facilitaron agua y comida y dispusieron una fuente de calor, dado que todos sufrían una ligera hipotermia. Luego, ya amanecido, el helicóptero de la Guardia Civil trasladó al hospital de San Jorge al más afectado.
Otro accidente más, el más grave, con resultado de muerte, el sábado por la mañana, protagonizado por un varón de 33 años, practicando salto base —un deporte de riesgo extremo— en Peña Sin (Plan), el cual habría caído unos 500 metros en una zona muy abrupta y con abundante monte bajo y arbustos. Se intentó adecuar la posición del hombre para prestarle la primera atención facultativa por parte del médico, mientras los especialistas iniciaban la maniobra de reanimación cardiopulmonar. Lamentablemente y debido a la gravedad de sus lesiones, nada pudieron hacer por mantenerle con vida
No acaba aquí este desgraciado fin de semana. Se llevaron a
cabo otros dos rescates: uno en el barranco de Sorrosal, donde un barranquista resultó herido en una pierna y otro en el sendero Acuaendro (Panticosa)
donde se rescató a dos senderistas que se habían desorientado.
En Jaca, la I Jornada de Seguridad en
Montaña el sábado 4.
GC / JACATIMES
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