La Infantería española conmemora hoy el día de su patrona, la Inmaculada Concepción, libre de pecado desde su concepción hasta su muerte, según la tradición católica. Para muchos, se queda todo en un generoso puente de diciembre, por obra y gracia de la Virgen y de la Constitución Española.
AUGUSTOFERRERDALMAU | El milagro de Empel |
En nuestro país, la festividad tiene un origen bélico. Se
dice que entre un 7 y 8 de diciembre de 1585, uno de nuestros tercios, mandado
por el maestre de campo Arias de Bobadilla, combatía en Empel, entre los ríos Mosa y Waal, en Holanda, donde tanta caña dieron durante
un par de siglos.
Pero ese día las cosas no marchaban tan bien. Los españoles
se enfrentaban a sus enemigos en clara inferioridad y en condiciones muy
adversas: además del estrechamiento del cerco, sufrían una enorme escasez de
víveres y ropas secas, quedando sitiados por las tropas del almirante Holak,
que había abierto los diques.
Al atardecer, un soldado español que cavaba una trinchera
encontró una imagen de la Virgen: una tabla flamenca representando a la
Inmaculada Concepción de María. Ante un altar improvisado, se pasaron la noche
rezando e implorando una ayuda divina para salir del aprieto. Y el cielo se
hizo español.
AUGUSTOFERRERDALMAU | Fragmento |
A raíz de este acontecimiento —que pronto se conocería como “el milagro de Empel”—, la Inmaculada Concepción fue
proclamada patrona de los tercios de Flandes e Italia, flor y nata del ejército
español, actual infantería española.
La festividad religiosa no fue declarada como tal por el
Vaticano hasta 1854, cuando Pio IX expresó el dogma de la Inmaculada Concepción
de la Santísima Virgen María.
Este papa concedió el “privilegio español”, que permitía a
los sacerdotes de España y sus antiguas provincias de ultramar, oficiar
vestidos de azul, el color de la Virgen, en la fiesta de la Inmaculada y en su
octava, es decir, durante los ocho días posteriores.
JACATIMES
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