El nuevo Plan General de Caza 2022-2023 que está elaborando el ejecutivo aragonés destaca el valor de la actividad cinegética y la apoya sin reservas. Recuerda el presidente que el impacto económico de la caza en Aragón sobrepasa los 250 millones de euros al año, mantiene unos 8500 empleos y genera más de 50 millones de euros anuales como ingresos tributarios.
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El ejecutivo aragonés cree que la caza es una importante
fuente de riqueza para nuestra comunidad, con “tremendos beneficios indirectos,
como actividad clave para regular y controlar la proliferación indeseable de
especies como el conejo, el corzo, el ciervo, la cabra montesa o el jabalí” y,
de paso, contribuir al sostén del medio rural.
En un informe de 2018, la consultora Deloitte cifra en 6500
millones de euros el impacto de la actividad en el PIB nacional y en 187 000
las personas que emplea el sector. Afirman que los números se sitúan
actualmente, más o menos, en esos mismos niveles.
Castilla y León ha anunciado que reducirá el precio de las
licencias en un 95 % y parece que Castilla La Mancha seguirá el mismo camino,
con el objetivo de sumar aficionados y atraer a los de otras comunidades
vecinas, para generar riqueza y actividad económica en el medio rural.
Andalucía negocia un 50 % de descuento para los cazadores federados. “Esperemos que esta bajada en las dos Castillas anime a la Junta a tomar una decisión parecida para fomentar la caza”, concluyen.
Los cazadores aplauden que las comunidades vayan en esta
dirección, como una forma de reflotar no solo la economía del medio rural, sino
la vida misma en algunas de las zonas más despobladas de España.
“Muchas veces se observa la caza desde un punto de vista
económico y nos olvidamos de la importancia de la despoblación. Muchos de
nosotros seguimos vinculados al mundo rural gracias a la caza”, sostiene el director
de la fundación Artemisan, una organización privada sin ánimo de lucro, cuyo
objetivo es prestar especial atención al aprovechamiento sostenible de especies
cinegéticas, para beneficio de los ecosistemas y el mundo rural.
Los cazadores ven con buenos ojos estas medidas, pero
preferirían una única licencia para todas las regiones.
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