Tener una mascota en casa conlleva una gran responsabilidad y, a juzgar por las tasas de abandono animal, es evidente que no todos los ciudadanos la asumen. Tal vez por eso, desde la Dirección General de Derechos de los Animales, pretenden impulsar un “cambio cultural sin precedentes” a través de una nueva Ley de Protección Animal “que acerque a España al estándar medio europeo”, justifican.
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La futura norma, que todavía es solo un borrador de un anteproyecto,
está siendo objeto de duras críticas por algunos de sus polémicos puntos. Uno
de ellos hace referencia a la prohibición de vender animales en tiendas. Muchas
de ellas cerrarán. Si se aprueba la ley, la cría y venta sólo podrá realizarse
por profesionales registrados y se obligará a la esterilización de los animales
que habitualmente vivan en espacios abiertos y puedan relacionarse con otros
animales de la misma especie. Criaderos oficiales, protectoras y perreras
municipales serán las vías a las que acudir para llevarse a casa una mascota.
También ha sorprendido la introducción de una formación para
la tenencia de animales. Desde una protectora opinan que “a más de uno no le
vendría mal un cursillo, ya que a muchas personas les suena a chino que a una
mascota no se la puede dejar sola varios días”. En la misma línea, cree que de
esta manera también se busca “que los perros de caza dejen de ser considerados
como un grupo aparte”. En este sentido, denuncia haber visto muchos de estos
canes “encerrados en zulos durante una semana comiendo pan duro”.
El borrador de la Ley de Protección Animal también incluye
el sacrificio cero. Se prohíbe el sacrificio de animales de compañía y solo se
autoriza por razones sanitarias o eutanásicas.
Los propietarios deberán “mantener a sus mascotas integrados
en el núcleo familiar, en buen estado de limpieza”. No podrán dejarlos en
terrazas, patios o sótanos, ni en vehículos cerrados, expuestos al calor o al
frío, ni atados a las puertas de un establecimiento.
Habrá que esperar y ver en qué acaba todo lo dicho y mucho
más, relacionado con los collares, con el acceso de animales a autobuses,
taxis, tiendas, cafeterías, hoteles… y, sobre todo, con las sanciones que, en
principio, estarían moviéndose en un amplísimo rango entre 600 a 30 000 euros
para las infracciones leves y de 30 000 a 100 000 e incluso 600 000 euros para
graves y muy graves.
O sea que, si nos descuidamos, la mascota nos puede salir
muy cara.
JACATIMES
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