Estantes vacíos de papel higiénico, abuelos y nietos separados por un cristal, con las manos pegadas a un lado y a otro de una ventana, funerales por internet… De todas las escenas disparatadas y conmovedoras que estamos viviendo en esta pandemia, tal vez la que tenga más consecuencias a largo plazo es la de las aulas vacías.
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ELCOMERCIO |
Durante meses, el debate y la inquietud han girado en torno
a la posibilidad de que los niños contagien y propaguen el virus a los mayores
a su alrededor, como a profesores y abuelos u otros cuidadores en situación
vulnerable.
Sin embargo, en los últimos meses, los médicos han visto el
aumento de infecciones de covid en niños y adolescentes. En parte, los expertos
lo atribuyen a que la variante delta es mucho más contagiosa que las versiones
anteriores del virus. Pero también a que la mayoría de niños y adolescentes aún
no están vacunados.
Los doctores indican que gran parte de los menores que
contraen el virus no enferman de gravedad, pero han notado que con la variante
delta se produce un preocupante incremento en las hospitalizaciones
pediátricas.
La buena noticia —sí,
hay una buena noticia— es que
podemos proteger activamente a los niños y adolescentes sin tenerlos
encerrados. Unos expertos de la Universidad de Duke han estudiado a más de un
millón de niños y su recomendación es inequívoca: mientras no podamos vacunar a
los más pequeños, el uso estricto y generalizado de mascarilla es la opción más
efectiva.
JACATIMES
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