Francia endurece las restricciones en la frontera

Nuestra vecina Francia no solo recomienda a sus ciudadanos no viajar a España, su principal destino turístico extranjero, sino que, desde este pasado fin de semana, ha endurecido las restricciones para entrar en su propio territorio, complicando también el regreso de los franceses que cruzan el Pirineo para pasar sus vacaciones o hacernos una visita.

FORONDA

Las nuevas medidas, en vigor desde este domingo, ya han provocado cancelaciones de cara a los periodos más intensos de la temporada, la segunda quincena de julio y el mes de agosto. Las restricciones inciden especialmente en algunas zonas del Pirineo, donde los visitantes del país vecino representan un sensible porcentaje de la clientela. Nuestras zonas turísticas están salvando el verano —es un decir— gracias a los nacionales.

Desde el domingo, se reduce a 24 horas la validez de una prueba PCR negativa para quien no esté vacunado, cuando hasta ahora el plazo era de 72 horas. Este requisito no se aplica a los desplazamientos profesionales del transporte por carretera ni a aquellos viajes que duren menos de 24 horas, en un radio de 30 kilómetros en las inmediaciones del lugar de residencia.

"Al mismo tiempo, las limitaciones que pesaban sobre los viajeros que han cumplido con un calendario de vacunación completo, con una vacuna reconocida por la Agencia Europea de Medicamentos —Pfizer, Moderna, AstraZeneca o Janssen— se levantan a partir del sábado 17 de julio, independientemente del país de origen", han añadido fuentes del Gobierno francés.

De momento, los pasos fronterizos registran, como durante todo el verano, un bajo volumen de circulación. Estrictos en el cumplimiento de las restricciones, las autoridades galas han establecido controles para comprobar la documentación de quienes acceden al país. "Para una familia de cuatro personas que viene de camping, el costo de las pruebas puede suponerles hasta 600 euros", dicen.

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