A partir de este sábado 26 de junio, las mascarillas dejarán de ser obligatorias en el exterior, manteniendo una distancia de seguridad de 1,50 metros o cuando se vaya con personas convivientes, según informó el miércoles la ministra de Sanidad.
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La iniciativa, tal y como ha señalado la ministra, es "nacional" y, por ende, se tiene que aplicar en todo el territorio español.
No obstante, la mascarilla va a seguir siendo obligatoria en
eventos multitudinarios que se celebren de pie al aire libre, pero no si se
celebran sentados y se garantiza la distancia de 1,50 metros. Siguen siendo
obligatorias en espacios cerrados de uso público y en medios de transporte
público.
En las residencias que tengan la pauta completa de
vacunación en al menos el 80% de los residentes, tampoco será necesario su uso,
mientras que los trabajadores de las mismas y las personas que les visiten sí
tendrán que llevarlas.
En todo caso, siempre hay que llevar encima una mascarilla
para, en un momento dado, poder utilizarla frente a aglomeraciones imprevistas
o imposibilidad de mantener la distancia u otras situaciones excepcionales.
Visto lo que estamos viendo, bajar la guardia no es una opción. A quince meses de iniciada la pandemia, la única lección es que el virus continúa entre nosotros: distinto y contagioso en las variantes, agazapado en sus prolongadas secuelas y, en muchos rincones del planeta, tan fuerte y mortal como en los primeros brotes.
JACATIMES
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