La soledad no deseada se ha convertido en un problema global de las sociedades actuales, considerada incluso como una de las epidemias, y no menor, del siglo XXI. A menudo se la estigmatiza y relaciona de forma negativa con el aislamiento social, lo que ha provocado que solo se hagan visibles los casos más extremos, como las personas mayores que mueren solas.
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El Grupo Popular en el Ayuntamiento de Jaca ha propuesto que el municipio se involucre en un plan para implementar medidas concretas para evitar que la soledad pueda tener consecuencias negativas sobre la salud, sea en el plano físico o en el psicológico y social. Además, ha reclamado medidas que promuevan la autonomía y la participación plena de las personas mayores en la comunidad, desarrollando protocolos de integración en base a los principios del envejecimiento activo y en línea con la Estrategia Nacional contra la Soledad.
En concreto, el PP propone la promoción, facilitación y uso
de las nuevas tecnologías para que las personas ingresadas en residencias o
centros hospitalarios puedan mantenerse en contacto, siquiera relativo, con sus
familiares, incluyendo redes sociales. Sugiere actividades del tipo “paseos por
Jaca” y un programa de comidas en compañía —tal vez
entre familiares controlados— para mantener la motivación del colectivo.
Nuestro país vive una situación de envejecimiento progresivo, con la quinta posición en esperanza de vida de la Unión Europea —acabamos de bajar cinco puestos— y entre los primeros en el ranking mundial. Tenemos cerca de 400 000 personas mayores de 85 años que viven solas y dos millones largos de hogares unipersonales ocupados por mayores de 65 años.
Soledad y desmotivación son dos problemas que surgen con frecuencia entre los mayores y los que no lo son tanto, acuciados por el covid o el temor al mismo, especialmente en el ámbito de las zonas rurales con poco contacto entre sus escasos habitantes. La ciudad tampoco está libre de este riesgo.
JACATIMES
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