El Gobierno de Aragón ha anunciado que no seguirá financiando los trayectos ferroviarios regionales deficitarios, e indica que recurrirá al transporte por carretera. De este modo, espera ahorrarse los cuatro millones de euros que abonaba a Renfe.
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El trasporte público ferroviario en Aragón sufrirá otra
reducción de servicios a partir del 1 de abril. Renfe cancelará varios trenes
entre Zaragoza y Lérida, Teruel y Valencia, Fayón y Caspe, y el “canfranero” de
los fines de semana entre Huesca y Jaca, de apoyo al turismo.
Esta eliminación de trenes está relacionada con la renuncia
del ejecutivo autonómico a continuar pagando cuatro millones de euros para
financiar estos servicios deficitarios, que serán sustituidos por autobuses
cuya licitación se espera esté lista antes de fin de año.
Desde la DGA se ha dicho que siguen apostando claramente por
el ferrocarril “pero no vamos a seguir asumiendo la financiación de servicios
que no nos corresponden”. Esta renuncia constituye un cambio radical por parte del ejecutivo,
que siempre ha confiado en este medio de transporte como fórmula para
garantizar la movilidad rural. De hecho, a finales del año 2016 el departamento
protagonizó un pulso con Renfe que permitió salvar in extremis la circulación
de algunas líneas.
Indica la autoridad autonómica que ese dinero se precisa para financiar el llamado “mapa de transporte público regular de viajeros en Aragón”, que podría estar funcionando en 2022, y que implica el establecimiento de nuevas rutas entre los núcleos de Aragón de más de diez habitantes, con un coste de unos diez millones de euros.
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